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A las 13 horas de los viernes, la plataforma donde tienes subida la formación online sufre un pico de uso. La mayor parte de los empleados de la compañía dejan la conexión para el último momento. Otros nunca se conectan. Muy pocos reconocen que la herramienta les gusta y es eficaz. Si tenemos una plataforma multidispositivo, un plan de formación anual y se ha invertido en el desarrollo de contenidos, ¿por qué no tenemos la respuesta esperada?

Por un lado, muchas empresas lo único que hacen es subir a la plataforma los contenidos que utilizaban en cursos presenciales, lo que se traduce en interminables textos (más o menos animados e interactivos), seguidos de una lista de preguntas tipo test. Es lógico que los empleados se aburran porque más que e-learning, lo que hacen es e-reading ¿Por qué no ofrecer la formación en un formato diferente que una, por ejemplo, el potencial adictivo de una serie de televisión y el poder de medición de la gamificación, con un equipo de trabajo que reúna a guionistas de entretenimiento y formadores?

Además, en el actual mundo de la sobreinformación, es imprescindible que el contenido de los cursos sea excelente. Muchos empleados acaban frustrados al descubrir que pueden aprender más por su cuenta que en los cursos que les ofrece su organización. Una de las misiones de RRHH es superar a Google ofreciendo a los empleados los mejores contenidos.

Y ahora, la Covid-19. El 100% de la plantilla teletrabajando ha generado una distorsión añadida a los problemas habituales de comunicación y, después de haber estado meses trabajando en los nuevos contenidos formativos, nadie se entera de su existencia. Los empleados tienen a su disposición centenares de píldoras formativas, están superados por la carga de trabajo y lo último que les apetece es seguir conectados para bucear en la plataforma en busca del nuevo curso. Pero, ¿y si lanzaras previamente una campaña de comunicación como si fuera un estreno de Hollywood?

Para rematar, puede que la herramienta haya funcionado bien, los empleados hayan completado el curso e incluso estén poniendo en marcha los conocimientos adquiridos. Pero, ¿cómo ha impactado la labor de RRHH en la organización? Apostar por un formato entretenido, un desarrollo emocional (storytelling), un sistema de evaluación a través del juego y un contenido diseñado a medida para nuestros empleados, no sólo conseguirá el impacto formativo que buscamos, sino que hará que los empleados reconozcan la propuesta de valor de RRHH.

Y ahora, la buena noticia. Crear programas formativos online de alto impacto y muy competitivos, es ya una realidad en muchas organizaciones de nuestro país. La revolución de la formación online está en marcha. ¿Quieres formar parte de ella?

Puedes saber más sobre el método Storylearning y cómo generar contenidos adictivos para tus empleados en este enlace.