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En nuestro último post tratamos el concepto de la web serie interactiva como herramienta de elearning, y explicamos las claves del éxito de esta manera de organizar los contenidos formativos en el entorno profesional. La predisposición de los empleados a consumir los contenidos online en formato serie se debe a que se utilizan los mismos registros que en el ámbito del entretenimiento. Por eso, uno de los primeros pasos es elegir qué tono se le va a dar a la formación: comedia de situación, drama, docudrama, aventura, thriller o investigación.

Todos los contenidos sin excepción se pueden integrar en una web serie pero, cada uno, encaja mejor en un género determinado. Al principio del proceso, y para definir el tono de la ficción que servirá de enganche para la formación, son imprescindibles las aportaciones de RRHH. Por supuesto, la comedia, el drama o la aventura no afectan a los contenidos formativos, sino que son el recurso en el que se basa la historia que los rodea.

 

¿Cómo se define el género que rodea a una formación?

Sobre un dossier que se prepara con referentes distintos, la empresa va estableciendo sus preferencias en cuanto a la elección del formato. Según el guionista y director Ulises Bermejo, hay géneros más transversales que otros. La comedia, por ejemplo, le gusta a todo el mundo sobre todo si es humor blanco. Generalmente se huye de la sofisticación humorística de series como Fleabag, o del lenguaje soez de Aquí no hay quién viva. El género depende también de la cultura organizativa y del perfil de la plantilla. El thriller funciona mejor con gente joven porque el ritmo suele ser más ágil.

Por supuesto, la realización audiovisual también se adapta al código seleccionado y es similar a la utilizada en las series de entretenimiento. En las SITCOM, por ejemplo, se usan efectos de sonido. La música, los grafismos y los golpes de efecto, se utilizan en los thrillers. Los docudramas precisan de unas recreaciones muy cuidadas con un elevado nivel estético, con escenas ralentizadas, trasfocos y atmósferas inquietantes. Las de investigación, tipo CSI, se basan en rodar cámara en mano, con planos cerrados y una realización “nerviosa”.

También se establece el diseño del audio; cuál será el estilo de recursos como colchones musicales, ráfagas, cortinillas… y la línea gráfica, que también varía según el código de la serie. En una comedia, por ejemplo, se utilizan grafismos estilo cómic, pero en un thriller encajan otros más afiados, más tecnológicos. También es importante la banda sonora que debe pasar desapercibida, pero predisponernos emocionalmente. Todo esto se marca al principio del proceso y se incorpora al final, en la fase de posproducción.

 

¿Y qué tipo de contenidos formativos podemos ofrecer?

Por ejemplo, un curso sobre atención al cliente puede desarrollarse perfectamente sobre una comedia de situación (SITCOM); mientras que uno sobre gestión de crisis, encaja mejor en una ficción dramática. Y si de lo que se trata es de un contenido técnico en PRL, funciona muy bien un guion de aventuras. También es importante tener en cuenta la trascendencia para la empresa que tienen los contenidos. Por ejemplo, la formación en compliance puede ser clave para la organización y, por tanto, la web serie debe ser impactante, atractiva y basarse en los conflictos que surgen, por lo que un formato de SITCOM puede ser también, el más adecuado.

Pero vamos por partes. Las webs series se desarrollan siguiendo seis tipos de ficción: comedia de situación, drama, thriller, docudrama, procedimental y aventuras. Intentemos aclarar cuándo seleccionar cada uno de ellos.

Hacer comedia no es reírse de la formación. Al contrario. El humor inteligente, adaptado a las claves específicas de la compañía y recurriendo a gags que funcionan en su sector de actividad, son efectivos para enganchar al alumno en la trama y captar su atención para el aprendizaje. No olvidemos, que el humor se utiliza en la parte de ficción y no afectan al rigor de los contenidos formativos ni a su evaluación.

 

 

¿Imagina el efecto que tiene en el usuario, si el principio del curso es un: “basado en hechos reales”?

El drama funciona bien generalmente en todos los temas formativos. Y un género asociado a este, el docudrama, consigue un alto impacto en los usuarios. Pensemos, por ejemplo, que en el departamento de una empresa se produce un caso de acoso y la dirección pide a recursos humanos que desarrolle una formación para sensibilizar y prevenir situaciones de la misma índole. Una ficción creada en base a ese caso real, en la que los actores narran en primera persona la experiencia, las reacciones, las consecuencias… tiene un efecto de alto impacto. Por supuesto, estas formaciones son una ficción y se garantiza la protección de confidencialidad de los afectados del caso real.

Los formatos thriller y aventura funcionan muy bien para construir historias en forma de gincana. Por ejemplo, un curso de ciberseguridad se desencadena cuando la ficción plantea el ataque de unos hackers, y el usuario debe impedir que accedan a los datos de la empresa sorteando cortafuegos, eliminando troyanos, y tomando decisiones de selección de software, por ejemplo.

Los procedimentales o policíacos que se basan en la resolución de un caso, funcionan muy bien en el ámbito de la prevención de riesgos laborales. La ficción formativa se plantea partiendo de un incidente en el que los usuarios deben ir descubriendo cuáles han sido las causas raíz para que no vuelva a suceder. La formación se construye con un árbol de decisiones muy complejo a través del cual se sigue la investigación y se plantean piezas interactivas como reuniones con el equipo, los testigos, los responsables de área etc.

Y es que, la vida no es en blanco y negro. Unas veces predomina el drama, otros la comedia; en ocasiones nos sumergimos en la intriga y el misterio, o nos dejamos arrastrar por la aventura. Si la vida se escribe en esos términos. ¿Por qué no utilizarlos para darle un aire nuevo a nuestro plan de formación?

Crear programas formativos online de alto impacto y muy competitivos, es ya una realidad en muchas organizaciones de nuestro país. La revolución de la formación online está en marcha. ¿Quieres formar parte de ella?

 

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